Martin Scorsese |
Habida cuenta el rotundo éxito
del primer filme, parecía incuestionable la creación de la segunda parte. La Paramount veía la posibilidad de volver
a hacer caja aprovechando la buena acogida de la película inicial, y por otra
parte, Coppola sentía en realidad el deseo de
continuar explorando el avance de la dinastía Corleone y la posterior caída, pese a su desapego personal a la
violencia y a su negativa a narrar historias de mafiosos, aunque en seis
ocasiones se negó a realizar la continuación, llegando a recomendar a la
productora como sustituto a Martin
Scorsese, pues en realidad Coppola
no quería repetir su desagradable experiencia de pulsos continuos con Evans y el resto de ejecutivos de la
productora.
"La Conversación" "The Conversation" Francis Ford Coppola 1974 |
En esta ocasión, de nuevo sus íntimos hubieron de intervenir para
forjar tal convencimiento, pues Coppola
no era partidario de exprimir el éxito obtenido con una primera parte para
crear una segunda, además de ser consciente de que en muchas ocasiones las
secuelas no estaban a la altura de la cinta originaria. Aceptó definitivamente con
la condición de que antes le permitiesen rodar “La Conversación” (“The
Conversation”; Francis Ford Coppola; 1974), llegando a alternar el rodaje
de “El Padrino. Parte II” (“The Godfather. Part II”; Francis Ford
Coppola; 1974) con la supervisión final de aquella.
Charles Bludhorn |
En
esta ocasión, la Paramount estaba representada por Charles Bludhorn, y Frank Yablans había sustituido a Stanley Jaffe en la dirección, que
decidieron mimar al joven director elevándose sus honorarios a 1.000.000 de
dólares, además de reconocerle derecho sobre el trece por ciento de los
beneficios brutos de la taquilla, concediéndosele el absoluto control creativo
y la posibilidad de aceptar y renunciar a miembros del reparto. Coppola impuso como condición el
título, a pesar de la oposición de la producción, llegando a convertirse en la
primera película americana que en su título incluyese el “Part II”, y el coste final debía pasar de los 6.000.000 de dólares
a 13.000.000 de dólares.
Frank Yablans |
"Love Story" Arthur Hiller 1970 |
En realidad, la Paramount
había reflotado gracias a los ingresos obtenidos por la primera parte y, un
poco antes, por el estreno de “Love
Story” (Arthur Hiller; 1970).
Según
declaraciones de Coppola a Peter Cowie, su idea era en realidad
hacer una película que se convirtiese en la raíz, narrando los orígenes y la
destrucción de la familia italiana que progresa en América y llega a su fin. Su
idea era conformar una película que incluyese las dos cintas, ambas partes, de
modo que pudiese disfrutarse como un único metraje de seis horas de duración,
como una miniserie de televisión.
Coppola sacó partido del margen de
creación que en esta ocasión le había concedido la productora, y desarrolló su
idea de que el Imperio Corleone no sería derrumbado por la Ley, sino por el
propio Don Michael Corleone, un
declive intestino ocasionado por la unión férrea entre la familia, la sangre y
los negocios. Escribió él solo gran parte del guion, definitivo, pero
respetando la parte de la novela que no había sido trasladada a la primera
cinta (la llegada del pequeño Vito a
América y los inicios del imperio), así como tomó parte de otro guion compuesto
por Puzo, creando el propio Coppola el resto.
Pese a todo, hubieron
de suprimirse algunos detalles originales del guion como consecuencia del
encarecimiento del coste (como ya había sucedido en la primera parte), y la
aprobación del guion definitivo encontró un nuevo e importantísimo escollo: Al Pacino (que ya se había convertido en
una estrella de primer orden) amenazó con no trabajar si no se cambiaban
algunos aspectos que no le gustaban, lo que obligó a Coppola, que sin duda de género alguno quería a Pacino en el papel, tuviera que volver a
escribir el guion hasta obtener la aprobación del actor. Más tarde, Pacino declararía que en realidad se trataba de un pulso al
director, el cual acabó cediendo.
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